martes, 16 de octubre de 2007

Otra globalización es necesaria

La globalización ya está aquí. El sueño deseado por todo empresario se ha hecho realidad: fabricar el producto donde el salario sea mas bajo y venderlo donde éste tenga el precio mas alto. Todo vale en este juego: pueden diseñar unos vaqueros en Roma, manufacturarlos en China y envasarlos en España para poder poner la etiqueta "Made in Spain" mientras el departamento de ventas lo controla todo desde Londres. Todo con un único objetivo: Lograr el mayor beneficio posible para el empresario y los accionistas.

Cuando comenzó la globalización nos la vendieron como la gran oportunidad: los productos españoles se podrían vender por todo el mundo sin trabas, sin esas problemáticas aduanas. El país iría mejor por que vendería mucho mas, claro la gente corriente suele pensar que si las empresas de su país van mejor y ganan mas beneficios, habrá alguna especie de reparto de la riqueza y el país en general será mas rico. Hace unos años, en parte sería así, una empresa que tuviera buenos beneficios, lo mas probable, es que con parte de esos beneficios aumentara la producción, incrementando la plantilla de obreros y generando mas riqueza a su alrededor. Pero en este nuevo mundo que nos quieren imponer, lo que hará una empresa multinacional al aumentar sus ingresos, será aumentar sus inversiones, comprar a alguna empresa de la competencia, para eliminar estorbos en el mercado, gastar mas en alguna campaña publicitaria, para convencer a mas gente de que necesitan su producto. Quizá, con suerte decidan aumentar la plantilla, pero seguramente será la plantilla de su centro de producción situado en algún país con salarios suficientemente bajos.

Se nos intenta imponer una globalización hecha por y para el capital y las multinacionales, donde lo único que se globaliza es la libertad de mover dinero y mercancías. Una globalización en la que los valores que se suponía cimentaban nuestra sociedad (libertad, derechos humanos, igualdad, solidaridad)cada vez tienen menor importancia mientras se hace urgente que los países emprendan una carrera por reducir derechos laborales y salarios para ser mas apetecibles a los ojos de las grandes corporaciones multinacionales. Los derechos laborales conseguidos en los países desarrollados, a base de décadas de lucha sindical, están en serio peligro. De hecho en la constitución europea que votamos en referendum no hace mucho, ni siquiera se reconocía el derecho a huelga de los trabajadores, ni se prohibía el trabajo infantil.

El capitalismo en su avance por conseguir que los ricos sean mas ricos y los pobres mas pobres, no duda en oponerse a los valores democráticos introduciendo otros valores que han calado ya en nuestra sociedad, como son: materialismo, egoísmo, individualismo. Valores que son necesarios para que la máquinaria del consumismo feroz no se detenga y continúe devorando a grandes cucharadas los recursos limitados del planeta. Pero como decía Eduardo Galeano: "En la historia de los hombres, cada acto de destrucción, tiene su respuesta tarde o temprano, en un acto de creación". Así, mientras la globalización capitalista avanza sembrando destrucción e injusticia, los movimientos antiglobalización cada vez toman mas fuerza alrededor del mundo y la sociedad paralela formada por ONGs, movimientos campesinos, sindicatos, etc. crece día a día.

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